La industria vive cada cuatro o cinco años un proceso
disruptivo.
La Organización Mundial del Turismo (OMT), la agencia
dependiente de Naciones Unidas con sede en Madrid, el secretario general, el
jordano Taleb Rifai, explica que el mundo de hoy está viviendo dos
revoluciones: la tecnológica y la de los viajes. “La tecnológica conecta al
mundo virtualmente, la de los viajes nos conecta físicamente”, dice. En opinión
de Rifai, lo que está pasando “es increíble”. Y ofrece unos simples datos. “En
2014 hubo 1.138 millones de turistas internacionales que traspasaron alguna
frontera.
Esta actividad ha conseguido que las islas Maldivas o las de
Cabo Verde, por ejemplo, hayan podido abandonar la pobreza y salir del índice
de países menos desarrollados. El turismo genera tremendos beneficios
económicos”.
Las oportunidades consisten en abrazar a una cría de panda
(a cambio de 170 dólares)
El ‘boom’ de Airbnb y Blablacar
Las plataformas líderes de Internet que están revolucionando
los viajes.
El mundo de los viajes vive una revolución a manos del
consumo colaborativo. Cada vez son más los usuarios de plataformas como Airbnb
y Blablacar, a través de las cuales se alquilan alojamientos privados y se
localizan trayectos en coches de otros viajeros pagando parte de los gastos.
En palabras de Frédéric Mazzella, fundador de Blablacar
(diez millones de usuarios en Europa): “Frenar el movimiento de consumo
colaborativo sería como querer parar el mar”.
AIRBNB
¿Cómo surgió la idea?
En 2007, ante la falta de oferta hotelera durante un
congreso en San Francisco (Estados Unidos), dos de los fundadores de la web
compraron tres colchones hinchables (airbed, en inglés) y ofrecieron en su casa
alojamiento y desayuno (bed & breakfast, b&b) a través de una web. Así
nació Airbnb, compañía estadounidense que hoy está presente en 190 países
(34.000 ciudades). En España funciona desde 2011. “Más de un millón de personas
han visitado España con nuestra página, y contamos con más de 80.000
alojamientos”, dice Jeroen Merchiers, director general de Airbnb para el Este,
Norte y Sur de Europa.
¿Cómo funciona? La web pone en contacto a anfitriones que
alquilan su casa o una habitación con posibles huéspedes.
el huésped paga por su estancia. Airbnb permite a cualquiera
alquilar su casa completa o bien una o varias habitaciones. La web hace de
intermediaria, ofrece un seguro a ambas partes y cobra por este servicio un 3%
a los anfitriones y entre un 6% y un 12% al viajero, según el precio (cuanto
más caro, menos porcentaje cobra).
“El sistema de puntuación funciona bastante bien, con las
referencias puedes conocer detalles de la casa y sus dueños. Además, si tienes
algún problema, la compañía suele responder rápido”, dice.
¿A quién perjudica Airbnb? ¿Los usuarios de Airbnb se
alojaban antes en hoteles? ¿O, quizás, no viajaban? Es muy improbable que la
clientela de los hoteles de tres, cuatro o cinco estrellas abandone estos
establecimientos, ya que ofrecen servicios, comodidades e instalaciones que no
se esperan en una casa particular. “No hemos notado que bajen nuestros
clientes, entendemos que ambos sistemas son complementarios”.
La plataforma francesa Blablacar pone en contacto a particulares, conductores y pasajeros, para compartir trayectos en coche. Y la clave es que unos y otros comparten el gasto generado.
la web cobra entre el 9% y el 12% al pasajero por ofrecerle el contacto del dueño del automóvil, dependiendo de la antelación con que se utiliza (cuanto más cerca el viaje, más porcentaje cobran). Según explica Vincent Rosso, director general de Blablacar para España y Portugal.
Amovens ofrece una alternativa para unir a conductores y pasajeros de manera gratuita. Funciona de manera similar a la empresa francesa, pero no cobra ningún porcentaje por ello.
Diego Hidalgo, fundador de Amovens, cuenta que su empresa se financia elaborando páginas para compartir vehículo.